9 mar 2009
Helena de Troya
La hija más hermosa de Zeus
La reina de Esparta, Leda, seducida por Zeus, tuvo del dios una hija que sobrepasó en belleza a todos los mortales.
Helena, el personaje femenino más controvertido de la Antigüedad, movió a los griegos a la legendaria guerra de Troya Helena es la representación de la pura belleza femenina, deslumbrante e irresistible, pero a la vez encarnación de la paradoja de una liviandad moral que al final queda sin castigo.
Zeus, transformado en un cisne, sedujo a Leda y yació con ella la misma noche que Tindáreo, esposo de Leda y rey de Esparta.
Como consecuencia de ello, Leda puso dos huevos; de uno nacieron Helena y Pólux, ambos inmortales (considerados hijos de Zeus), y del otro Clitemnestra y Cástor, mortales (considerados hijos de Tindáreo).
De todas maneras, se consideraba a Cástor y Pólux como gemelos y se los conocía como los Dioscuros.
Llegada a la pubertad, la fama de su hermosura se difundió por todo el mundo griego, y Tindareo hubo de organizar un concurso para elegir a su marido.
El afortunado fue Menelao, que tras su matrimonio accedió él mismo al trono de Esparta.
Pero la visita de un príncipe troyano, Paris, vino a alterar la paz del hogar de los reyes espartanos. Prendada de la apostura del visitante, Helena accedió a huir con él a Troya.
La lógica ira del marido abandonado constituye el origen, como es sabido, de la guerra de Troya.
Todos los príncipes griegos, empezando por el micénico Agamenón, hermano de Menelao, y siguiendo por Aquiles, Ayante, Ulises…, embarcaron en una flota de mil naves con destino a la ciudad gobernada por Príamo.
Los diez años de asedio depararon todos los episodios bélicos narrados en la Ilíada de Homero.
Cuando al fin los griegos penetraron en la ciudadela, Menelao fue al encuentro de su esposa con la intención de cumplir su propósito de venganza.
Pero la visión de su belleza lo paralizó, y volvió con ella a su patria, donde ambos llevaron en lo sucesivo una plácida existencia.
Aparte de Homero, otros autores griegos trataron el tema de Helena, introduciendo variaciones a veces curiosas, y explayándose asimismo en las motivaciones de la princesa, que durante su estancia en Troya se habría dado cuenta enseguida de su error.
Nota: este texto pertenece a la categoría "Mitología Griega - Leyendas Mitológicas"
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